Desapego científico

Las evidencias se convirtieron con rapidez en sospechas; la alarma la dieron las mujeres en la pista, en los alrededores de la meta, al no acercase a felicitar a la atleta sudafricana Semenya Caster. Fue una forma de protesta y rechazo. Conducta semejante ante Lía Thomas.

La boxeadora italiana Angela Carini, apenas sintió el brutal impacto de la argelina Imane Khelif, abandonó, para sorpresa general, a los 46” de su primer combate en los JO de París. Hace unos días, la Unidad de Integridad del Atletismo dio a conocer que la maratonista mexicana Citlali Moscote dio positivo por octodrina y fue sancionada por tres años. Podrá competir hasta el 24 de marzo de 2028.

Se podría añadir: Sebastian Coe, sin pruebas de dopaje, impidió que Yelena Isinbáyeva compitiera en los JO de Río de Janeiro; procedimiento parecido se empleó con el pedalista Lance Armstrong, aunque posteriormente, cercado, se le haya hecho reconocer que empleó sustancias prohibidas; la presencia de Oscar Pistorius en la escena olímpica en violación de las reglas atléticas.

En la mayoría estos acontecimientos, en apariencia sin conexión, denotan acaso un punto de coincidencia: nulo criterio científico, con el añadido de un singular enfoque de la sociedad y medios de comunicación, en los que se mezcla el sentimentalismo y culto a la figura.

El TAS, el Tribunal de Arbitraje Deportivo —creado en 1984 por Juan Antonio Samaranch para dilucidar conflictos en JO—, se equivocó rotundamente al rechazar los argumentos de científicos de la U. de Colonia que demostraron que las cuchillas de carbono utilizadas por Pistorius le daban ventaja.

El COI, de acuerdo a las versiones de hace un año, se equivocó al emplear un argumento sin respaldo de la ciencia; autorizó la participación de Khelif en los JO de París porque “toda persona tiene derecho a participar. Y sexo y edad se basan en el pasaporte” (¿?). Khelif, campeona olímpica, acaba de ser excluida del torneo Eindhoven Box Cup porque un laboratorio de Nueva Delhi, con reconocimiento Internacional de Normatividad de Suiza, reveló que el análisis cromosómico presenta un cariotipo masculino. Lo catalogan hombre. Reincidencia, torpeza y candidez de Moscote, de 30 años, el castigo no le impide asistir a los JO de 2028.

Un punto debe modificarse. Si un atleta presenta una receta o certificación médica para el empleo de una sustancia prohibida para uso terapéutico puede ser autorizado y no ser sancionado. Moscote no lo presentó. Este criterio ha abierto camino a los tramposos.

El COI y las FI debieran ensanchar el castigo de inasistencia a 3 JO: 8 años. Sería insuficiente. El deporte en la esfera olímpica debe despojarse de la influencia sentimental, así como de consideraciones políticas, religiosas, culturales, estéticas. Tomar decisiones en apego a la ciencia.

Todo el mundo tiene derechos de competir en JO, sí, pero en cumplimiento de hacerlo en igualdad de circunstancias y fair play; sin dobleces morales, sociales… La frase de toros que escribí en la colaboración anterior es del notable escritor español Manuel Vicent.