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Europa no solo consume más drogas... ahora empieza a fabricarlas

El continente enfrenta un repunte del consumo de drogas sintéticas —ketamina, catinonas y opioides como el fentanilo— impulsado por una producción local al alza y mercados digitales flexibles.

Diego Morato |
El consumo de drogas sintéticas aumentó en Europa en el 2024. (Diseño: Diego Morato)
El consumo de drogas sintéticas aumentó en Europa en el 2024. (Diseño: Diego Morato)
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Cuando los inspectores del puerto de Hamburgo abrieron un contenedor de mangos procedente de Ecuador y hallaron 25 toneladas de cocaína, pensaron que habían marcado otro récord. Pero el hallazgo, relatado en el último informe del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EUDA), apenas es la punta de un mercado en rápida mutación. Más allá de la cocaína —que “se mantiene en la cima de las listas de ventas y consumo” con 4.5 millones de s en 2024—, Europa vive un auge sostenido de drogas sintéticas, desde la ketamina “rosa” hasta catinonas y opioides como los temidos nitazenos.

Buena parte del fenómeno se explica por la innovación criminal. Italia, tradicional paso de cocaína, “se ha convertido en el nuevo centro de la ketamina” según la EUDA. La agencia contabiliza un incremento de pacientes que inician tratamiento por ketamina en Bélgica, Alemania e Italia, impulsados por el cóctel conocido como “cocaína rosa”, mezcla de ketamina, MDMA y, al azar, cocaína o anfetaminas. España e Italia notificaron la mayoría de los casos al Sistema de Alerta Temprana de la UE.

Franz Pietsch, presidente de la EUDA, advierte que “las anfetaminas y las drogas sintéticas representan un nuevo desafío” tras registrar 2,3 millones de consumidores de anfetamina y cerca de 10 millones de s habituales en 2024.

¿Por qué Europa ahora fabrica drogas?

Durante años, las nuevas sustancias psicoactivas (NPS) llegaban desde India o China. Eso está cambiando. “Ahora se producen cantidades cada vez mayores de estas drogas sintéticas en Europa”, describe Andrew Cunningham, responsable de mercado de la EUDA en Lisboa. El continente alberga laboratorios de catinonas (Polonia, Países Bajos) y plantas de metanfetamina y MDMA de tamaño industrial. Según datos técnicos de la propia EUDA, seis Estados desmantelaron 53 plantas de catinonas en 2023; 40 estaban en Polonia. En Bélgica y Países Bajos, la policía encontró 36 laboratorios de MDMA en 2023 y cuantiosas reservas de precursores químicos.

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Esta producción de proximidad reduce costes logísticos y permite responder con rapidez a la demanda. El resultado advierte la agencia, es “una gama más amplia de drogas, a menudo de alta potencia”, que circulan en mercados locales antes de que la comunidad científica haya evaluado sus efectos sanitarios.

La globalización de las cadenas de suministro es un combustible adicional. Las redes “aprovechan rutas marítimas y contenedores comerciales intermodales” para mover cocaína, MDMA o precursores invisibles a simple vista, señala la EUDA. Cuando las aduanas intensifican los controles en Rotterdam o Hamburgo, los narcos cambian a puertos más pequeños.

Además, el informe describe “métodos innovadores” como encapsular cocaína en plástico o carbón, extraerla luego en laboratorios europeos y distribuirla con purezas récord. Los puertos siguen siendo el talón de Aquiles —España incautó 13 toneladas escondidas en plátanos, y Alemania decomisó 43 toneladas en Hamburgo—, pero las mafias contrarrestan infiltrando a personal portuario mediante corrupción o intimidación.

¿Por qué se da el fenómeno de 'policonsumo'? ¿Qué efectos está llevando a Europa?

Un rasgo definitorio del consumo europeo es la policonsumo. “Cada vez más europeos consumen múltiples drogas simultáneamente. Como en años anteriores, el policonsumo es la principal causa de muerte por drogas en Europa” [DW]. La combinación de catinonas con anfetaminas o MDMA es tendencia; las catinonas 3-MMC y 4-CMC se han popularizado en fiestas y entornos recreativos.

Jan Ramaekers, psicofarmacólogo de Maastricht, alerta de la falta de investigación: “Necesitamos estudios controlados… para definir dosis ‘normales’ y rangos letales”. Mientras tanto, servicios de urgencias reportan intoxicaciones y cuadros psiquiátricos severos.

Europa observa con inquietud la crisis de opioides sintéticos en Estados Unidos donde el fentanilo causa más de 70 mil muertes anuales. Por ahora, la UE contabiliza 153 fallecidos vinculados a fentanilo y derivados en 2023, “asociados al desvío de uso médico”. Sin embargo, la aparición de nitazenos —opioides aún más potentes— dispara las alarmas: falsifican pastillas de oxicodona o benzodiacepinas y elevan el riesgo de sobredosis.

Daniel Deimel, experto en adicciones de Núremberg consultado por DW, teme que la reciente prohibición del opio en Afganistán —principal proveedor de heroína— empuje a los s a estos sintéticos: “Si se vuelven más comunes, es probable que aumente el número de muertes por sobredosis”.

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El mercado prospera, pero también la violencia. “El reclutamiento y la explotación de jóvenes por redes delictivas” para labores de mensajería o incluso homicidios emerge como tendencia, subraya la EUDA. Ciudades y pueblos pequeños registran intimidaciones y ajustes de cuentas que antes se concentraban en los puertos. La Comisión Europea respondió con una Hoja de Ruta contra el Narcotráfico que refuerza escáneres de contenedores, crea una Alianza Europea de Puertos y agiliza el control de precursores químicos. Magnus Brunner, comisario de Interior, asegura que “la lucha contra las drogas es una prioridad”.

¿Por qué ahora? ¿Qué sigue ahora?

  • Producción local: laboratorios clandestinos reducen costes y tiempos de distribución.
  • Innovación química: uso de precursores alternativos y elevada pureza atraen a nuevos s.
  • Globalización logística: contenedores y límites portuarios saturados facilitan el tráfico a gran escala.
  • Mercado digital: plataformas de mensajería cifrada y la llamada darknet diversifican la oferta.
  • Policonsumo recreativo: mezclas como la “cocaína rosa” se viralizan en redes sociales y clubes.
  • Tensiones geopolíticas: la guerra en Ucrania alteró rutas desde Asia central; la prohibición afgana del opio puede desviar la demanda hacia sintéticos.

El informe 2025 de la EUDA calcula 7 mil 500 muertes inducidas por drogas en Europa —un 80 % vinculadas a opioides— y la cifra podría escalar si los nitazenos reemplazan a la heroína. Los expertos piden más servicios de análisis de sustancias y naloxona de público para revertir sobredosis. También urgen campañas dirigidas a jóvenes que desconocen la potencia de las nuevas drogas.

La Comisión planea una evaluación externa de su Estrategia Antidrogas 2021-2025 y un nuevo foro anual sobre violencia relacionada con el narcotráfico. Pero en la práctica, el éxito o fracaso dependerá de si la cooperación policial y aduanera se traduce en golpes sostenidos a la cadena de suministro. Entre tanto, en los clubes de Barcelona, Berlín o Nápoles, la ketamina y las catinonas siguen circulando a precios asequibles y purezas crecientes. “El mercado europeo de drogas se nutre de una red dinámica de cadenas de suministro globales”, concluye la EUDA. Esa red se adapta con la misma rapidez con la que los reguladores intentan contenerla.

En otras palabras: mientras los laboratorios sigan encendiendo sus reactores en los bosques del Brabante o las llanuras polacas, y los contenedores crucen los puertos con cocaína disimulada en plátanos o carbón, Europa seguirá batallando para frenar la ola sintética que ahora redefine su panorama de drogas.

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